Las artes marciales promueven cambios en los estudiantes; los primeros en notarse son los cambios físicos, y una vez que éstos hayan tomado lugar, pronto seguirán los avances en el aspecto emocional y psicológico tales como: Confianza [autoprotección]. Mejoramiento de la imagen propia [resultado de una actitud positiva y disciplina interna]. Creer en el éxito.
Al principio los estudiantes progresan rápidamente por su deseo de aprender y sentimiento de novedad. Después sobreviene una etapa donde el avance no es muy notorio. Esto puede ocurrir cuando se entrena en condiciones de fatiga prolongada, dificultades personales o cambios en el ánimo por la edad. Muchos estudiantes se cansan después de entrenar por seis meses o un año, pero ese estado de fatiga no es exclusivo del karate. Puede ocurrir en la escuela, el trabajo o cualquier otra actividad donde se requiere constancia. Alguna vez en nuestro entrenamiento, todos tendremos que enfrentarnos a esto.
Este estado es muy crítico y la persona puede triunfar o fracasar según la actitud que se tome. Ya conciente del desánimo, uno debe redoblar sus esfuerzos y ser más espiritual y/o analítico. Si existe dasaliento y renuncia en este punto, todo el esfuerzo previo estará perdido y quiere decir que la persona no entiende ni aprecia las artes marciales.
Algunas recomendaciones para mantenerse interesado por la práctica del karate son:
Observación profunda de otros.
Ver kata y kumite ejecutados por buenos exponentes.
Conocer diferentes puntos de vista.
Los amigos, maestros y compañeros a menudo tienen historias interesantes que nos hacen revivir los aspectos que más nos gustan de la práctica.
Participar en competencias e intercambios.
Estas enriquecen nuestra cultura marcial y nos dan experiencias que no se aprenden en el dojo.
No compararse con los demás.
Cada quien aprende de manera diferente y hay que reconocer los propios talentos y debilidades.
Observar nuestra propia actitud.
A veces exageramos las situaciones o nos culpamos de eventos más allá de nuestro control.
Aprender a liberar las frustaciones.
Aceptarnos y perdonarnos a nosotros mismos o a las circunstancias adversas para no cargar sentimientos negativos.
Descansar.
Dormir lo suficiente y tener ratos de diversión.
Alimentación balanceada.
Todos los días comemos, pero comer y nutrirse no es igual.
Entrenar cada clase con entusiasmo.
Es gratificante dar lo mejor de uno aunque no se tengan eventos en puerta.
Adentrarse en la mística del karate.
Conocer el bushido, vivir según el dojo kun y el shoto niju kun. Esta última recomendación tal vez sea la más importante y la más difícil de realizar; pero también es la que nos definirá como verdaderos artista marciales.
miércoles, 6 de agosto de 2008
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